1. Tiempo para disfrutar rodeado de los que te quieren

Somos seres sociales y tan importante es pasar tiempo con uno mismo como con los seres queridos. Por eso, dedicar tiempo a los demás debe ser una actividad que incluyamos en nuestra rutina. Todo son ventajas, pues podemos aprender de ellos, reforzamos los vínculos, socializamos y desconectamos del día a día y de las responsabilidades. Pero es que, además, hablar con otras personas aumenta el conocimiento y ayuda a ser más resolutivo. ¿Por qué no pruebas a reservar, al menos, un día a la semana para disfrutar de ellos?

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2. Las rutinas son buenas

Tal vez disfrutas de los planes improvisados, pero lo cierto es que es una buena idea organizar tus tareas, distribuir tu tiempo y sacarle jugo a cada actividad que realices. Por eso, no es mala opción fijarse un horario para aumentar la productividad y también para descansar cuando se necesite. Asimismo, es importante establecer objetivos y tener motivaciones. Luego, ¡siempre queda hueco a la improvisación!

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3. Haz ejercicio

No nos cansamos de repetírtelo: hay que estar activo,  mantenerse en forma. Realizar ejercicio físico ayuda al cuidado de cuerpo y mente, a la vez que reduce el riesgo de padecer depresión y ansiedad, al igual que favorece una correcta higiene del sueño. Puedes optar por actividades de cardio, como correr, nadar, saltar a la comba… combinados con ejercicios de fuerza o prácticas como el yoga.

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4. Disfruta de tus aficiones

Leer, hacer senderismo, nadar, jugar al ajedrez… son muchos los hobbies que puedes tener, muchos de ellos al aire libre. Realizar actividades en el tiempo libre disminuye el estrés y la posibilidad de sufrir depresión, amplía el círculo social, fomenta un mayor rendimiento laboral, desarrolla la capacidad creativa y fomenta la motivación.

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5. ¡Quiérete!

Una de las claves de la felicidad es quererse a uno mismo y respetarse, cultivar lo que los expertos llaman amor propio. Es importante entender cómo eres y dejar de exigirte de más. Es aconsejable liberarse de los miedos y las ataduras. Cada uno debe conocer también sus límites y aceptarlos. Además, cuando uno se quiere, resulta más fácil querer a los demás.

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6. La importancia de lo que comes

Si quieres estar bien por dentro y por fuera, tienes que cuidar lo que comes. Tienes que seguir una dieta variada que se adapte a tus necesidades, optando por alimentos frescos, a ser posible de temporada, una opción más sostenible, más saludable y más económica. En algunas ocasiones, es recomendable integrar en la dieta ciertos complementos alimenticios que ayuden a completar una ingesta adecuada de vitaminas y proteínas (tan esenciales en el organismo).

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7. Pide ayuda

En ocasiones, hay que pedir ayuda profesional. No siempre podemos con todo lo que se nos viene encima, con todo lo que nos afecta. Por eso, cuando es difícil gestionar situaciones o emociones, y estas acaban afectando en el día a día, es una excelente idea pedir ayuda a un profesional. La idea es que te examines y evalues qué estás sintiendo o cómo te encuentras. Aunque a veces sea complicado, pedir ayuda es un acto de valentía y humildad. Cada vez lo tienes más sencillo, pues actualmente, son muchos los profesionales de la psicología que cuentan con consulta online, de forma que pueden adaptarse a las necesidades de cada paciente.

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8. El sol, buen aliado siempre con precaución

El sol es un buen aliado de nuestra salud siempre que, eso sí, se tome sin excesos. ¿El motivo? La vitamina D que aporta el sol es fundamental para nuestra salud. Por eso conviene aprovechar los días soleados para hacer una escapada, pasear o realizar alguna actividad que te apetezca al aire libre. Además, los rayos ultravioletas regulan la producción de melatonina, una hormona que ayuda a definir los ciclos de sueño y, por ende, a descansar mejor.

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9. Dormir bien, fundamental

No es solo la cantidad de sueño, sino también su calidad. No podemos pasar por alto que una de las actividades esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo es tener un buen descanso. Así, los expertos recomiendan dormir entre 7-8 horas al día. Cuando descansamos bien, recuperamos mejor el cuerpo tras el ejercicio, a la vez que es fundamental para el desarrollo y la correcta actividad del cerebro. Mientras, por el contrario, no descansar perjudica la calidad de vida, lo que puede afectar al rendimiento académico o laboral o generando ansiedad, entre otros problemas.

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10. Medita, ¿por qué no?

Los beneficios de la meditación están fuera de toda duda, así que, si no la has probado nunca, tal vez ha llegado ya el momento. Meditando alejamos pensamientos confusos, relajar tanto el cuerpo como la mente y evitar aquello que genera nerviosismo. En esta actividad también se trabaja el cuerpo, mejorando el sistema inmunológico, la capacidad de concentración y la memoria, entre otros beneficios. Es un ejercicio fundamental para tener buena salud mental, con ella se consigue un bienestar físico y una estabilidad emocional.