Siempre podemos caer en la tentación de pensar (ya anticipo que erróneamente) en lo débiles que son los niños frente a los problemas “adultos” que les planteamos. Cuando una relación termina, porque algunas veces puede darse el caso necesario de dar ese paso que suponga un bien común (propio y del entorno, familia e hijo/s), solemos sobreproteger a los niños…